Capítulo 2. Furia y Castigo

septiembre 4, 2007

Tres criaturas grotescas se encontraban de pie, en fila, temerosas. Temblaban de pánico esperando por una respuesta que no llegaba. Se mantenían en la espera de una sóla palabra que podía significar salvación o muerte. Clemencia o condena. El que estaba en medio de los tres parecía el líder porque a pesar del miedo denotaba en sus gestos cierta autoridad sobre los que lo flanqueaban. Eran Trolls, unos seres horripilantes con huesos largos y piel como la de un reptil. Eran flacos, largos, de orejas grandes y colgantes, nariz punteaguda, ojos enormes y piel lampiña. En vez de vellos, tenían más bien una especie de escamas sobre su reseca piel. El único lugar donde les crecía pelo era en la cabeza, pero de igual forma era bastante ralo.